on the road again.

En lo que a talismanes se refiere, allá cada cual con sus gustos.

Que si el resobado billete de dólar en la cartera por aquello de imaginarse diciendo  «aún guardo el primer dólar que gané…» (?!), el cupón de lotería que nunca se comprobó si estaba premiado o una moneda de un viaje que hizo alguien a alguna parte.

Nosotros, en picnic, tenemos una moto.

Una isoscooter de 1955.

Una moto que, ni recién salida de fábrica, superaba los 75 km/h porque estaba pensada para recorrer tranquilamente las carreteras disfrutando del paisaje, el sol y el aire en la cara.

La nuestra, fue la primera pieza de un negocio de alquiler (de motos primero y coches después) de la Mallorca del turismo, la prosperidad y los proyectos de futuro.

Esto es una animación de su último viaje. Desde un garaje de Sa Rápita hasta un escaparate de la Plaza de la Artesanía, lejos de las carreteras y el mar… pero cerca del césped.

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