Como todas las agencias, cuando se acerca la navidad nos convertimos un poco en los pajes de esas toneladas de buenos deseos que lo inundan todo.
Y nos toca trabajar en los christmas.
Para quien no haya vivido jamás esta situación desde dentro de una empresa dedicada a la comunicación, explicarle que el christmas es, si cabe, el mayor reto posible para un creativo. ¿Por qué? pues porque los christmas siempre tienen la misma función aunque los firmen diferentes personas (clientes, en este caso) y crear un mensaje con personalidad y diferenciador puede llegar a ser tan difícil como felicitar de forma cercana y distinta por su cumpleaños a cada uno de los contactos que tenemos en facebook. Cada día. Y cada año.
Además, el receptor del christmas es, casi siempre, alguien que, francamente, ya está un poco hasta las narices rojas de Papá Noel, los Reyes Magos, los renos y los buenos deseos…
Y para acabar, el factor más grave y más extendido: sorprendentemente y a pesar de los esfuerzos que hace el corteinglés por avisarnos desde finales de verano de que la navidad se acerca, la realidad es que siempre nos pilla por sorpresa. Así que nos encontramos sobre la mesa un buen número de trabajos con objetivos iguales, firmados por clientes distintos y con un timing imposible.
Por eso, para escapar un poco de los mensajes vacíos y buscar recursos que nos den juego creativo (aunque para ello haya que revolver las entrañas de la cesta de navidad), en picnic nos apoyamos tanto en los valores de la navidad como en los del cliente para crear ese mensaje de buenos deseos que arranque una sonrisa (aunque sea pequeña).
Éste es el último christmas que hemos preparado este año, una recopilación de «silencios» evocadores de momentos de felicidad para los clientes y proveedores de una empresa de ingeniería y aislamentos acústicos.
Lo dicho, feliz tranquilidad.
Leave a Reply