Centre Pra-ita.
En PICNIC trabajamos habitualmente desarrollando estrategias y acciones de comunicación para productores locales de alimentos, restaurantes y empresas relacionadas, de alguna manera, con la gastronomía. Nos enamora el producto y el proceso, pero nunca habíamos podido trabajar el backstage gastro: lo que sucede en las personas, tras el telón, cuando nadie mira y uno se encuentra a solas consigo mismo.
Cuando Mariona, psicóloga del Centre Pra-ita nos contactó y nos contó su proyecto, inmediatamente, nos enamoramos de su fuerza, su energía y sus objetivos: conseguir, mediante la terapia familiar, personal y de grupo, la meditación, las clases de cocina, las salidas al mercado o la arte-terapia, que personas con trastornos de alimentación… se enamoraran de nuevo de la comida.
Visibilizar el trastorno y el tratamiento con una campaña de crowdfunding.
Para ello, quisimos crear una campaña con dos objetivos: el primero, dar visibilidad a un trastorno que el 10% de la población padercerá en algún momento de su vida y el segundo, dar visibilidad a su tratamiento y al centro de Mariona, Pra-ita, como una puerta de esperanza frente a métodos drásticos y agresivos que infantilizan y anulan la libertad del paciente.
Con este doble objetivo, decidimos crear una campaña de crowdfunding. Un soporte nada convencional para dar visibilidad a una dolencia, que destrascendentalizaba una situación, que aunque grave, no es extraordinaria. Nos rodea cada día y en cualquier lugar.
En personas que la sufren, sin aparentarlo, y en personas que lo aparentan y la sufren también.
Con la campaña de crowdfunding buscábamos una mayor visibilidad de estos trastornos y su tratamiento en Pra-Ita a través de un vídeo que mostraba la historia de Joana, una mujer valiente capaz de enfrentarse a sus miedos y a las cámaras durante un proceso de reencuentro y amor con la comida y consigo misma. El objetivo del crowdfunding era, con ele ejemplo de Mariona, captar fondos para becar el tratamiento de un paciente con escasos recursos.
Reacción de los medios y la sociedad.
El trabajo con los medios fue imprescindible para ampliar y viralizar los efectos del crowdfunding. La campaña apareció varias veces en todos los diarios, en informativos y programas de IB3 y en radio. Además, complementamos esta visibilidad a través de la visibilidad coordinada en proyectos afines (restaurantes, nutricionistas, panaderías) a los que contamos el proyecto e involucramos para conseguir su apoyo testimonial a través de referencias en sus propias redes. Con tanto apoyo conseguimos en un mes, además de los 1936€ del crowdfunding que suponía la mitad del tratamiento (la otra mitad la financiaba el propio centro), más de 17.000 visualizaciones del vídeo del proyecto, lo que supuso, además de la posibilidad de tratar a un paciente con trastorno de alimentación y pocos recursos, «tratar» a una sociedad que desconoce la realidad de estas dolencias.